Vaca – yendo – del sueño
Seguí caminando y, de repente, pasa una linda chica y me
regala un poema, una rosa y un libro titulado: “No mires para atrás si no te
gustan los jardines”. Como es costumbre, hice lo contrario de lo sugerido; miré
para atrás, y el antiguo batallón ya no quedaba allí. Había sido reemplazado
por un colorido jardín. Volteé mi rostro para darle las gracias, ya no estaba;
sólo contemplé una nube de polvo amarillento del que luego emergieron unos
pajarillos cantando al unísono el Himno nacional de mi amada República
Colombiana. Claro, hoy es el día de la independencia. Asentí en voz alta.
Sorprendido, decidí continuar la marcha y no hacerle el
quite a toda esta magia que ya comenzaba a fascinarme. Unos pasos más adelante,
aquellos grafitis que incitaban a los jóvenes escolares a la violencia so
pretexto de ser libres, ahora –en esas paredes- abundaban maravillosas pinturas
configuradas por nobles almas de niños agradecidos con sus padres y con sus
docentes por estarlos acompañando en el proceso de crecimiento. Otros muros
también fueron decorados con los rostros y los nombres de los amigos de verdad:
No de los que señalaban el camino de la vida fácil; al contrario, de los que te
daban la mano para ayudarte a levantar cuando estabas golpeado emocionalmente y
te inculcaban el valor de la responsabilidad.
Segundos después, montado sobre una vaca rosada con alas
plateadas; estaba volando –en serio- volaba sobre los campos de mi hermoso
país. Que gusto, que alivio, que fortuna observar atónito: los campos
reverdecidos, las casas de los pujantes campesinos colmadas de cultivos, abundante
agua, niños elevando cometas con formas –para mí desconocidas-. las montañas
tupidas de toda clase de árboles y cientos de animales domésticos. Acaricié en
varias oportunidades las nubes como provocativas almohadillas dulces. Aquella –
la vaca- no me decía ni mu. Que habilidad para surcar los cielos, los mismos
que, bajo ninguna circunstancia, eran plagados de aviones llevando, a lugares
distantes, a miles de pasajeros con rumbos optimistas, fumigando cultivos
ilegales, fotografiando el desastre ecológico ocasionado por la ambición típica
de algunos humanos o bombardeando insurgentes como lo hacían antes. El aire, el
más puro nunca antes respirado.
Vaya susto. La vaca giró hacia la izquierda y me afirmó:
debemos regresar, es hora de un suculento desayuno y debo, además, tomarme la
pastilla de las diez. Eché a reír de inmediato y ella -al tiempo- conmigo,
jajajajajaja. Descendió de manera moderada hasta la casa de Don Ramiro. En
efecto allí estaba él, y en el desayuno no había carne ni leche, ni nada que
implicase el sacrificio de cualquier animal. Confieso, siempre quise que los
alimentos fuesen –como estilo de capsulas- con los nutrientes necesarios para
alcanzar la felicidad y no el producto de la matanza de aquellos seres que
merecen el mismo respeto que nosotros merecemos.
Hicimos la siesta. Me pregunté: y en las ciudades ¿Qué ha
pasado? Don Ramiro, emitió un silbido y terminé otra vez volando, pero esta vez
sobre un caballo negro. ¡Oh!, fantástico paisaje: escuelas, colegios, parques,
bibliotecas, centros recreativos; hospitales no había, pues, nadie enfermaba y
quién moría no moría de amor, moría de viejo y era su elección publicar sus
enseñanzas antes de ese momento. Fábricas que no contaminaban, cero fronteras
invisibles, poco ruido en las calles. La delincuencia, el narcotráfico, el
desempleo y la corrupción no aparecían ni siquiera en el diccionario como
conceptos. Desplazamiento en bicicleta; toda vez que, los lugares de destino no
distaban tanto el uno del otro. El expresidente Uribe y el presidente Santos
jugando con avioncitos de icopor en el parque Norte; ambos eran los
administradores del mismo los fines de semana. Más zonas verdes que edificios y
lo mejor, en lugar de andar esclavos de los celulares, las personas sí se
miraban fijamente a los ojos y no se abrazaban con mensajes de texto sino, más
bien, con la ternura y la lealtad de sus actos. Ah, lo olvidaba, podría
enumerar decenas de situaciones majestuosas, pero hubo una que me agradó
sobremanera: la pasión por el fútbol ya no terminaba en desbordadas
celebraciones o frustraciones con consecuencias lamentables y en el barrio la
cultura había erradicado la violencia entre algunos apasionados por el equipo
de sus amores.
Minutos después de haber regresado a casa de Don ramiro,
me despedí de él, feliz por el cambio positivo de mi país, el cual repercutía
enormemente en nuestras actitudes de seres verdaderamente racionales,
conscientes, virtuosos y muy solidarios y afectuosos con el prójimo. Ahora sí a
contarle a mi madre lo que hoy viví. Espero me crea. Don Ramiro me dijo que después
de él, sólo yo sabía de esto. Que, en cuanto ella se enterara, los demás
colombianos también gozarían de tan digna forma de vida.
Qué raro, una alcantarilla sin tapa, voy a acercarme más
para ver qué alcanzo a descubrir: ¡mamáaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!! ¿Qué
fue hijo? ¿Qué le pasó? ¿Otra de sus pesadillas, acaso? tranquilícese, acá
estoy yo. Ay, juemadre, vea la hora que es, yo también me quedé dormida mijo;
vístase rapidito que lo va a dejar el bus otra vez.
Sabe qué, mamá, estamos más locos que Freddy improvisando
cuentos. Hoy no hay servicio de transporte porque el acto cívico-cultural de la
independencia de Colombia es en la sede alterna, y eso no es todo, hoy es
sábado, jajaja. Más bien, venga conversemos, que le voy a contar un pedacito de
la Colombia que me soñé. No sé sí era una Colombia libre, soberana y en paz;
pero le prometo que, por usted, por mí y por mi hermana, voy a dar lo mejor hasta
que pase una vaca rosada volando cerca de la ventana.
FREDDY LEÓN URREGO ALZATE
EXCELENTE..
ResponderEliminarMuchas gracias. Fuiste la primer persona en comentar por acá y la primera que aplaudió cuando compartí el enlace de mi canal en YouTube. No es comercial, nada más para quienes tengan el link: Alumnos preferiblemente. Si un frondoso árbol cubre a una vaquita de la inclemencia del sol; éste habrá cumplido su misión natural. En este caso, si una colega valida mis pequeñas incursiones por estos medios, me es más que suficiente. Hasta pronto. Un abrazo. Creo que ya había publicado la respuesta, pero desapareció, jajaja
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