HUMO
DE PASIÓN ALADA
Parado
en mi balcón contemplo, estupefacto, el hongo de humo negro que emana del
centro de la ciudad. Antes de averiguar lo que sucede, a través de los medios,
decido hacer uso de los binoculares que tenía guardados para observar la luna;
sin embargo, la contaminación atmosférica, resultante de la agobiante forma de
vivir en esta urbe enferma por la ambición, me había obligado a desecharlos.
Al
ubicar mis ojos en los lentes y enfocar el sitio; sospecho que el incendio
ocurre en la academia de historia. Me embargaba la tristeza al tiempo que las
llamas crecían. Hubo un instante, quizá el más asombroso, donde el humo
adquiría forma de libro suplicante, de palabra libertaria, de verbo en futuro,
de pérdida de identidad. Fue allí, cuando decidí acudir al lugar de los hechos.
Al
llegar todo era ruinas, por fortuna ningún lesionado, las pérdidas parecían
incalculables. No provocaba hablar con nadie. De pronto, vi un libro al que aún
se le movían sus hojas; fui por él y lo traje conmigo. La parte correspondiente
al poblamiento de Medellín estaba casi inservible; las que se agitaban estaban
en blanco. Justo ahí, se me ocurrió escribir una especie de súplica, algo así
como una mezcla de sentimientos encontrados. No me puedo negar el derecho a
soñar, aún en medio de las balas dirigidas a los que se atreven a cuestionar. A
veces dan en el blanco, a veces dan en el negro; otras veces en el mestizo o en
el mulato, y hasta dan en el silencio cómplice de los indolentes con quien yo
no trato.
Independiente
de quienes nos hayan visitado primero, de quienes se asentaron en este valle de
gritos y de esperanza; independiente de los edificios que emergen indiferentes
hacia el infinito porque hacia los lados no queda espacio; es hora de sentar
una posición más vehemente, de pintar al óleo o en el grafiti ese clamor de
justicia y de no repetición de las matanzas.
Basta
ya de tanta sumisión que pareciera inyectada en el alma cual veneno eficaz para
perpetuar la oscura pérdida de memoria. No más desinterés por aprender a leer
de manera crítica una realidad que, para muchos, es la única alternativa de
supervivencia. El presente es de lucha, el futuro de libertad.
La
palabra tiene muchos usos, el llamado es a la unión de las voces por una
Medellín verdaderamente más humana. Que la innovación tecnológica no opaque la imprescindible
innovación afectiva. Plasmada ésta en la caricia y en el abrazo reconfortante,
no solo para quien lo necesite sino también para ti mismo.
Ese
abrazo que viene emergiendo con miedos, pero sin retroceder. Siendo responsables, éticos, solidarios,
respetuosos consigo mismos, con la naturaleza, con tus compañeros de andanza,
de estudio, de trabajo. Brindando sin necesidad de copas, contribuyendo a la
conservación, recreando tu aprendizaje, finalizando con altura tu año lectivo,
completando tu ciclo. Cuidándote de las malas influencias, asumiendo retos
inteligentes, tomando decisiones pertinentes.
Después
de esta última palabra, de nuevo un hongo de humo; pero esta vez, paseándose
por mi cuarto. Una sombra estaba incinerando un baúl de malos recuerdos. A
ustedes los salvé de las cenizas. Se les quiere, feliz resto de semana.
FREDDY
URREGO DOCENTE
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Hola, muchas gracias por tomarte el tiempo de leer. Espero contar con tu presencia en nuevas ocasiones. Un fuerte abrazo y buena luna.