jueves, 26 de marzo de 2020


IN-DEPENDENCIA

"Según cuentan algunos testigos, los criollos fueron al almacén de Llorente a pedirle prestada una pieza. Algunos dicen que fue un ramillete, otros un farol y otros un florero, con el fin de adornar la mesa de Antonio Villavicencio. Llorente se resiste porque dice que la pieza está maltratada y en mal estado. Se arma el tumulto y se convoca a un cabildo abierto poniéndose en sintonía con lo que ocurre en las otras provincias de la Nueva Granada y lo que ocurre en las otras colonias españolas".

Poco antes de las doce del día, como estaba previsto, se presentaron los criollos ante Llorente y después de hablarle del anunciado banquete a Villavicencio, se le pidió prestado la pieza para adornar la mesa. Llorente se negó, pero su negativa no fue dada en términos despectivos o groseros. Se limitó a explicar diciendo que la había prestado varias veces y ésta se estaba maltratando y, por lo tanto, perdiendo su valor.

Entonces intervino Caldas, quien pasó por frente del almacén y saludó a Llorente, lo que permitió a don Antonio Morales, como estaba acordado, tomar la iniciativa y formular duras críticas hacia Llorente. Morales y sus compañeros comenzaron entonces a gritar que el comerciante español había respondido con palabras contra Villavicencio y los americanos, afirmación que Llorente negó categóricamente.

Mientras tanto los principales conjurados se dispersaron por la plaza gritando: ¡Están insultando a los americanos! ¡Queremos Junta! ¡Viva el Cabildo! ¡Abajo el mal gobierno! ¡Mueran los bonapartistas! La ira se tomó el sentir del pueblo.

Indios, blancos, patricios, plebeyos, ricos y pobres empezaron a romper a pedradas las vidrieras y a forzar las puertas. El Virrey, las autoridades militares y los españoles, contemplaron atónitos ese súbito y violento despertar de un pueblo al que se habían acostumbrado a menospreciar”.

Esa es la historia conocida por muchos y, por algunos, puesta en duda; argumentando que fueron más, previos y posteriores, los hechos que detonaron la independencia. Sin embargo, no me detendré en la polémica señalada. Advierto, eso sí, que soy el responsable de esta pequeña reflexión y no la PJ GÓMEZ como institución. Permanece en los libros y en la voz de los maestros que, con fervor, nos inclinan al respeto por la historia patria. Válido, desde todo punto de vista, inculcar desde la infancia el sentido de pertenencia por la nación.

Ahora bien, hablamos de la independencia del yugo español y nos quedamos eternamente pensando que somos libres desde aquel entonces. Me pregunto: ¿Somos realmente independientes, somos una nación libre y soberana? Seguramente así lo parece. Como democracia podemos elegir, pero nos falta ejercer control político a los dirigentes. ¿A quiénes hemos elegido? A los mismos de siempre, el poder ha estado ahí para hacer del pueblo un conglomerado participativo; sin embargo, en este país cada 4 y hasta cada 8 años éste cambia de nombre y de manos y no de actitud.

Tenemos una visión negativa de la política, pero no es ella en sí misma la culpable de la debacle. Ella está ahí para favorecer el interés común guiada por las mentes de hombres y mujeres. Sí éstos deciden romper con cualquier principio ético el resultado es evidente: desigualdad social, injusticia, corrupción, desempleo, manipulación, sed de venganza y retaliación; poco presupuesto para inversión y otras adversidades.

Es Colombia, país de maravillas naturales, pero con variada inequidad. Política que pensamos involucra nada más a esos partidos que se disputan el poder en cada elección. Colegas y alumnado Santista, políticos somos todos cuando nos cuestionamos la realidad, cuando nos preocupamos por el otro, cuando somos solidarios, cuando hacemos justicia en el aula de clase, cuando no aceptamos la esclavitud; la misma que no ha desaparecido en su totalidad.

Comunidades enteras desplazadas por la violencia entre hermanos con ideales distintos y con métodos atroces, compitiendo por quién cause más daño y sevicia. Odio generalizado entre regiones, compitiendo por cuál es la más pujante; discriminación y prejuicios, etc., etc., etc…

No se puede hablar de independencia cuando hay injerencia extranjera, cuando dinero al país le prestan para someterlo económicamente, cuando tu voz es silenciada, cuando duele tanto una realidad como la nuestra.   

                                                                                                             Freddy Urrego 2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, muchas gracias por tomarte el tiempo de leer. Espero contar con tu presencia en nuevas ocasiones. Un fuerte abrazo y buena luna.