MINI REFLEXIÓN ACERCA
DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER. FREDDY LEÓN URREGO ALZATE. DOCENTE ÉTICA Y
VALORES INSTITUCIÓN EDUCATIVA EDUARDO SANTOS. SEDE PEDRO J.GÓMEZ
Las Naciones Unidas establecieron
el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer para celebrar la lucha
femenina por su participación igualitaria en el mundo del trabajo, la política
y en la sociedad en general.
La fecha tiene sus orígenes en el
Movimiento Internacional de Mujeres Socialistas de finales del siglo XIX, en
plena revolución industrial, que promovía la igualdad de derechos sociales,
civiles y laborales entre el hombre y la mujer. En particular, durante la
Revolución francesa donde las mujeres parisinas marcharon hacia Versalles para
exigir el sufragio femenino.
Sin embargo, la fecha elegida para
conmemorarlo coincide con dos grandes eventos en los que las mujeres
trabajadoras fueron víctimas y protagonistas.
Uno de ellos, fue el movimiento de
protesta por la falta de alimentos iniciado por las mujeres rusas el 8 de marzo
de 1917 que desembocaría en el proceso revolucionario de octubre de ese año.
El otro acontecimiento fue el
incendio intencional en Nueva York de la fábrica textil Cotton el 8 de marzo de
1908, en el que resultaron calcinadas 146 obreras que habían ocupado las
instalaciones en protesta por los bajos salarios y las inhumanas condiciones en
que desempeñaban su labor.
Desde 1975, Año Internacional de
la Mujer, el Día Internacional de la Mujer se celebra el 8 de marzo “para
conmemorar la lucha histórica por mejorar la vida de la mujer”. Se celebra en
todo el mundo a nivel local y nacional.
Ahora bien, lo que tienes que
exigir, además de condiciones justas, es un trato digno y respetuoso no solo de
hombres sino también de todos aquellos quienes te rodean. No sin antes olvidar
que, el respeto, nace en ti misma. ¿Qué ganas exigiendo lo que tú no te ofreces?
Valórate porque realmente eres ineludible para el desarrollo de un sólido
proyecto de vida, para el diseño mágico de sociedad.
Me parece excelente que reclames
igualdad, pero no caigas –durante esa lucha- tan bajo como caen aquellos que no
se sienten autorrealizados, los que necesitan hablar mal de ti para quedar bien
con los demás. No te engañes a ti misma jugando con el deseo que el hombre
tiene de tu cuerpo para hacerle creer que la felicidad radica en la posesión de
bienes materiales. No te maquilles como tratando de ocultar tu inseguridad o
creyendo verte más atractiva. No te expongas en las redes sociales a cambio de
elevar tu autoestima dependiendo del número elevado de “me gusta”. No te
consumas desaforadamente como el cigarrillo que desaparece en los labios de
quienes permanecen nerviosos.
Reconozco públicamente que mucha
de esa vanidad nació en el momento mismo en el que los varones comenzaron a
adular y a preferir la plasticidad por encima de la naturaleza de tu ser. Porque
más fácil cae en sus brazos una mujer con curvas y retocada que una gran
exponente de su audaz inteligencia. No hagas parte del montón de personas que
deambulan por el mundo anhelando satisfacer nada más que sus propios intereses
sin importar a cuantos dañen para lograrlo.
Podría quedarme horas enteras
reflexionando sobre ti y sobre tu vida, la misma que me motiva, pues, de todos
los jardines habidos y por haber, eres la especie de flor que puede caminar por
sí misma en busca de su consolidación.
Colegas y alumnas Santistas, de corazón, les pido un
cambio de actitud. No en procura de agradar a los depredadores sino en procura
de fortalecerse como seres íntegros e imprescindibles, tan necesarios como el
viento al vuelo de las aves que inician la tarea de sostenerse sin dejarse
caer, hasta que lo hacen por decisión propia y no por imposición. Sean ustedes
mismas, no desfallezcan en el intento por seguir de frente el camino trazado desde
sus conciencias creativas, y manténganse al margen del degenere progresivo. QUE
DIOS LAS BENDIGA, LAS COLME DE FORTALEZA Y DE ÉXITOS EN TODAS LAS ACCIONES QUE
DESEEN SANAMENTE EMPRENDER. UN ABRAZO Y UNA MANO AMIGA PARA QUE CAMINEMOS
JUNTOS EN LA MISMA DIRECCIÓN.